Contenido:
Símbolos
Formulas
1 Salarios y Precios
2 Dinero
3 Cantidad de Dinero, Circulación y Producto Nacionak Bruto (P NB)
4 Inflación de Demanda , de Costo y Monetaria
5 Ciclos Económicos. Keynesianismo vs. Monetarismo
6 Epílogo
Notas
Capítulo I &n bsp; Capítulo II Capítulo IV Capítulo V
:Símbolos
B= Volumen total de mercaderías y servicios vendidos en un período dado, incluyendo trabajo y materia prima.
p= Precio promedio por unidad de B.
G= Mercaderías y servicios comprados por sus finales consumidores, en un período dado.
P= Precio promedio por unidad de G.
C= Costo promedio de producción, transporte y comercialización por unidad de G, desde la materia prima hasta el consumidor final, a través de toda la cadena de intermediarios.
S= Salario medio por hora.
R= Ganancia del capital.
ER= Eficiencia Relativa.
M= Costo Marginal. Costo de producción de fábricas que no obtienen ganancias.
H= Horas-hombre empleadas efectivamente en producir G.
H’= Horas-hombre que serían requeridas para producir G, a través de cadenas de fábricas que trabajan a costo marginal.
V= Numero de veces que en promedio una unidad de dinero pasa de mano a cambio de servicios, mercadería o trabajo, en un período dado.
:Fórmulas
P x G = H’ x S (la),
C x G = H x S (1b),
R = (P – C) x G = (H’ – H) x S (1c),
P x G = H x S + R (1d),
S/P = G/H’ (1e),
R/S = (H’ – H) (1f),
R/G = (H’ – H) S/G (1g).
Q V= p B (3a)
p B = k’ P G + S H (3b),
Q V = k’ P G + S H (3c),
Q V = k’ P G + S H’ – R (3d).
Q V = (k + 1) P G = (k + 1) S H’
(3e), G = (G/H) H (3f),
(G/H’) H’ (3f‘).
1. SALARIOS y PRECIOS
Costo marginal (M) es igual a (P) por definición, o sea el costo por unidad de artículos fabricados en factorias que no reditúan ganancia. Si bien es cierto que el costo de producción se reparte entre sueldos, materias primas, maquinarias, combustible, etc., el costo de cada uno de estos items se resuelve finalmente en sueldos, a través de los respectivos costos marginales en cada una de las etapa de la produccion (1), De aquí que el precio de mercado de una cantidad dada de mercancía (G) es igual a las horas-hombre (H’) que hubieran de ser invertidas para su producción, desde la materia prima hasta la entrega al usuario, a través de una cadena real o virtual de fábricas trabajando a costo marginal, multiplicado por el sueldo medio (S), o sea PxG=H’xS (la). Mientras que el costo actual de producción de esa mercadería igualara al sueldo medio multiplicado por las horas-hombre (H) realmente empleadas en su producción, o sea, CxG=HxS (1b). Por consiguiente la ganancia de los capitalistas (R), a lo largo de todo el proceso, se obtiene sustrayendo (1b) de (la): R=(P-C)G=(H’-H)S (1c). Y de las ecuaciones (la) y (1c), resulta PG = HS + R (1d), o sea que el valor de mercado del total de la mercadería (G) es igual a la totalidad de los salarios más el total de las ganancias de los capitalistas.
Las ecuaciones (la) y (1c) muestran que los precios y las ganancias de los capitalistas son directamente proporcionales a los salarios, S/P = G/H’ (1e) y R/S = (H’ – H) (1f). Por consiguiente un aumento general de sueldos, con G, H y H’ constantes, produce un aumento proporcional en los precios y en los beneficios de los capitalistas. Las relaciones salarios/precios y ganancias/precios permanecen constantes y, por lo tanto, sólo se logra una devaluación del dinero.
Este resultado no es obvio para el público en general, y la creencia comunmente aceptada de que un aumento general de sueldos puede mejorar el nivel de vida de las masas es ampliamente explotada por políticos ignorantes o con dudosas intenciones. De hecho, sólo un aumento en la productividad, es decir en la relación G/H, puede mejorar el poder adquisitivo de los sueldos, como ha venido ocurriendo desde los comienzos de la Revolución Industrial, gracias a la innovación contínua de herramientas y métodos de producción.
Por otra parte, un aumento parcial de sueldos causará un aumento del sueldo medio. Consecuentemente aumentaran los precios de algunos productos con una consiguiente desvalorización del dinero proporcional al aumento del sueldo medio. Por lo tanto, mejorará el poder adquisitivo de los sectores obreros cuyos sueldos aumentaron, en detrimento de los sectores que no tuvieron aumentos. Ello puede también disminuir las ganancias de algunas empresas en beneficio de otras, pero difícilmente pueda afectar al valor real de las ganancias del capital en su conjunto, las que permanecerán proporcionales al sueldo medio.
Trabajo es un conglomerado de servicios y oficios, cada uno de ellos con su propio mercado, su oferta y su demanda. Por lo tanto, en un mercado libre los respectivos salarios tendrian que fluctuar de acuerdo con la respectiva oferta y demanda. Sin embargo, el trabajo difiere de otras mercaderías en varios aspectos:
a) El valor total del trabajo es aproximadamente igual a la suma de los valores de todos las otras mercaderías y servicios finales, por lo tanto su peso económico es decisivo.b) Es la materia prima fundamental de todas las demás mercaderías y por consiguiente su precio determina todos los otros precios.
c) Como resultado de la presión de los sindicatos y las leyes laborales, los salarios son fácilmente aumentados, cuando la demanda excede a la oferta, pero difícilmente bajan cuando ocurre lo contrario. Ello dificulta el restablecimiento del equilibrio del mercado después de un excesivo aumento salarial. Por esta razón hay un amplio consenso entre los economistas de que menos de un 5% de desempleo conduce a una economía inestable, que puede terminar en inflación. Lo que debería llevar a una oscilación en torno al nivel económico respectivo de los distintos salarios conduce, a consecuencia de la eliminación de la fase descendente, a un proceso inflacionario.
2. DINERO
La economía se basa en la producción especializada en la cual cada uno pone en el mercado artículos de su producción para ser intercambiados por los producidos por otros. La dificultad de intercambiar, por ejemplo, una vaca por un traje, se facilita por la existencia de una mercadería intermedia, que debe poseer dos propiedades fundamentales:
1) Un valor de intercambio estable y conocido con respecto a las otras mercaderías, que la haga universalmente aceptable.2) Una relación valor/peso, que la haga fácil de transportar.
Desde lejanas épocas esta función de mercadería intermedia fue cumplida por metales valiosos como el oro y la plata. En un principio en la forma de barras m etalicas que eran quebradas y pesadas en presencia del vendedor (2), y más tarde en la forma de monedas acuñadas con un valor convencional. Luego, las monedas fueron reemplazadas por papel moneda con respaldo en metálico, emitido por Bancos en forma de ordenes cambiables a su presentacion por su valor metalico.
El valor de cambio de los metales y de los billetes con respaldo metálico dependía de la oferta y la demanda de oro y plata en los mercados mundiales, no cumpliendo por lo tanto satisfactoriamente el requerimiento de tener un valor estable. Por ejemplo, a fines del siglo XIX, antes del descubrimiento de ricos yacimientos de oro en Alaska y Sudafrica, la creciente demanda de oro provocó una baja general de los precios en oro de las otras mercaderias, o sea una deflación no menos perjudicial que la inflación que siguió al descubrimiento de aquellos yacimientos, ocurrido hacia los comienzos de la Primera Guerra Mundial. Además, el dinero con respaldo en oro no tenía más confiabilidad que la de la institución o el gobierno que lo emitía. Puesto que la condición de respaldo ha sido repetidamente violada cada vez que se adoptó una política monetaria no conservadora.
En tiempos recientes, el dinero con respaldo oro fue sustituido por monedas cuya confiabilidad está basada en una política monetaria conservadora dirigida a estabilizar los precios. La estabilidad monetaria es medida en relación a una, e n cierta medida arbitrariamente definida, canasta familiar. A pesar de la arbitrar iedad en la selección de los artículos de dicha canasta, y de algunos interrogantes que surgen por la variable calidad de los mismos, este método provee una mejor estabilidad monetaria que la dada por la moneda con respaldo oro.
Acuerdos internacionales determinan sanciones financieras para aquellas naciones cuya moneda sufre una devaluación que sobrepasa un estándar convencional. Pero quizá, la penalidad más seria es el daño que la inflación infringe a la economía nacional, y el rechazo de las moneda de valor inestable en las transacciones internacionales. Aquellas naciones cuya moneda no es aceptada internacionalmente, se ven forzadas a mantener grandes reservas de moneda extranjera para financiar sus importaciones, en lugar de disfrutar de la altamente remunerativa exportación de su propia moneda.
Hoy día es ampliamente aceptado, como un complemento moderno del principio liberal de separación de poderes, que para asegurar una política monetaria no inflacionaria, el poder de emitir moneda debe ser separado del poder de hacer uso de ella. Mientras que el uso del dinero continúa siendo función de los poderes legislativo y ejecutivo, su emisión está siendo actualmente transferida a un Banco Central, que es el responsable de su estabilidad. Es una cuestión en debate, si el Banco Central debe también responsabilizarse por el pleno empleo y el crecimiento económico. Quienes apoyan la extensión de la función del Banco Central a estas áreas adicionales señalan su dependencia de la política monetaria. Aquellos que se oponen objetan que el pleno empleo y crecimiento económico está mejor manejado por la legislación obrera y la política impositiva. Su transferencia al Banco Central forzaría a tratar estos temas con medios financieros, lo que conduciría a demandas contradictorias en la política monetaria.
3. CANTIDAD DE DINERO, Circulación y Producto Nacional Bruto (PNB)
Además de las monedas y billetes emitidos por el Gobierno toda, el dinero incluy e toda otra real o virtual mercadería intermediaria usada en transacciones comerci ales, tal como cheques, pagarés, transferencias, tarjetas de crédito, créditos comerciales, etc. La cantidad de dinero o circulante es por lo tanto la suma del potencial adquisitivo de la población, las empresas y las instituciones en un momento dado. La diferencia entre el circulante y el dinero emitido por el Estado está básicamente constituido por el crédito. En la práctica, el crédito es por mucho la mayor parte del circulante, mientras que el efectivo es raramente usado, salvo para pagos menores.
A modo de ilustración, en 1968 el total de depósitos bancarios en el Reino Unido era de 12,110 millones de libras, mientras que la suma de billetes y monedas emitidas llegaba sólo a 3,572 millones. De estos últimos aproximadamente 700 millones estaban guardados en las cajas de seguridad bancarias y solo unos 2,800 millones estaban en circulación (3). Por lo tanto, había a disposición del público 2,800+12,110 = 14,910 millones de libras (4), de las cuales 11,338 millones eran moneda-crédito emitida por los bancos. A esta suma debemos aún añadir los créditos otorgados por firmas comerciales, los que constituyen una parte significativa del total de los medios de pago, es decir del circulante.
A fin de comprender el mecanismo del dinero-credito emitido por los bancos, asumamos que todos los pagos se hacen con cheques o tarjetas de crédito, de tal forma que las sumas pagadas son simplemente transferidas de una cuenta bancaria a otra. Este supuesto, que se está volviendo realidad, es a solo objeto de simplificar la explicación, permitiendonos ignorar el porcentaje de dinero en efectivo en manos del público. Asumiendo, entonces, que el total de dinero emitido (X dólares) está depositado en los bancos, estos prestarán esta suma a sus clientes, acreditándola en sus respectivas cuentas. Por lo tanto, 2X dólares estarán ahora depositados y sólo la mitad habrán sido prestados. Cuando los dueños de los depósitos hagan uso del dinero, propio o prestado, éste simplemente pasará de una cuenta a otra, habiendo así un remanente de X dólares a disposición de los bancos para nuevos préstamos. Cuando este disponible haya sido prestado, habrá 3X depositados y sólo 2X de los mismos habran sido préstamos. Este proceso podría continuar indefinidamente sino fuera por la retención por parte de los bancos, exigida por el Banco Central de un cierto porcentaje de los depósitos en efectivo. Esta reserva en efectivo, llamada liquidez, ascendería en el ejemplo dado al 700×100/12,110=5,78% de los depósitos (5). Es variando la liquidez que el Banco Central controla la cantidad de dinero-crédito que los bancos emiten. (6)
Un proceso similar al ocurrido en el pasado, en el que las monedas de metal fueron reemplazadas por billetes, está ocurriendo en nuestros días, cuando cheques, transferencias y tarjetas de crédito, parecen próximas a desplazar a la moneda oficial. Los depósitos bancarios son hoy dinero emitido por los bancos, respaldado por dinero oficial, en forma similar a los billetes respaldados por oro emitidos en el pasado por el gobierno.
Un cálculo aproximado de la cantidad de dinero que necesita el mercado puede hacerse por medio del siguiente modelo:
Supongamos que todos los empleados reciben sus salarios el primer día del mes. Por lo tanto, el último día de cada mes debe haber en la cuenta de los empleadores una suma igual a la totalidad de los salarios, a los efectos de ser transferida la mañana siguiente a las cuentas de los empleados. Durante el transcurso del mes, el dinero vuelve a los empleadores a través de una cadena de proveedores de servicios, negocios, etc., y el ciclo vuelve a comenzar. Por ende, el número de empleados multiplicado por el salario medio da una idea aproximada de la cantidad mínima de dinero requerida.
Otro parámetro económico no menos importante que la cantidad de dinero es su velocidad de circulación. Si en el cálculo precedente el salario mensual es sustituido por pagos bisemanales, la cantidad de dinero necesaria en el mercado sería la mitad de la previamente calculada. Empero, esta reducida cantidad de dinero cumplirá el ciclo completo, de la fábrica a los trabajadores, de estos a los negocios minoristas, de allí a los mayoristas y nuevamente a la fábrica, dos veces por mes. Por lo tanto, el valor total de las transacciones efectuadas, en un periodo de tiempo dado, permanecerá inalterado.
“Circulación” se define como el producto de la cantidad de dinero (Q) por el promedio de veces (V) que una unidad de dinero pasa de una mano a otra, en un período dado. Por lo tanto, se tiene que QxV=pxB (3a), donde B es el total de la mercadería (7) incluida en las transacciones, y p el precio promedio por unidad de B, es una identidad por la definición de sus términos. V y B son parámetros relativamente estables del mercado, no influenciados por cambios en Q ó p. En la práctica, la cantidad de dinero (Q), es el único de los parámetros mencionados, que puede ser cambiado directamente por el gobierno. Por consiguiente, un aumento de Q no equilibrado con un cambio de B ó V, conducirá indefectiblemente a un aumento de p. Este no balanceado aumento en la cantidad de dinero, que produce un aumento de precios, se denomina “inflación monetaria”.
El total de la mercadería (B) involucrada en transacciones comerciales, en un período dado, incluye artículos terminados y servicios (G), junto con la materia prima, combustibles y el trabajo (H) empleado en su producción. Por ende, incluye repetidamente los mismos artículos en su paso de la fábrica al mayorista, de este al minorista y finalmente al usuario. Cuando se desea evitar esta repetición debe ser usado G en lugar de B, o sea el total de los artículos y servicios adquiridos por sus consumidores finales.
De las respectivas definiciones de B y G resulta que pxB=k’xPxG+SxH (3b), donde P es el precio promedio por unidad de G, y k’ es un coeficiente de proporcionalidad entre el valor total de G y el de B excluyendo el trabajo, el que aparece por separado en el termino SxH. Por lo tanto, de (3a) y (3b) resulta QxV =k’xPxG+SxH (3c), y considerando (1c) resulta QxV=k’xPxG+SxH’–R (3d).
Asumiendo que dada una cierta distribución de la eficiencia relativa (ER) entre las factorías, la ganancia del capital (R) es proporcional (8) a la suma de los artículos comprados en el mercado (PxG), obtenemos k’xPxG–R=kxPxG. Ahora teniendo en cuenta que PxG=SxH’ (1a), se deduce que QxV=(k+1)PxG (3e) y QxV=(k+1)SxH’ (3e’). De la ecuación (3e), y siendo V un parámetro relativamente estable del mercado, tenemos que cualquier aumento en G requiere un aumento de Q o una reducción de P. Por consiguiente, una emisión de dinero proporcional al crecimiento de la producción debe ser llevada a cabo a fin de mantener la estabilidad del valor de compra del mismo.
La totalidad de los artículos terminados G, es el producto de la productividad o eficiencia media, o sea la relación mercadería/horas-hombre (G/H), por el total de horas–hombre empleados H, G=(G/H)H (3f) o también G=(G/H’)H’ (3f’), donde G/H’ es la productividad marginal, y H’ la cantidad de horas–hombre que hubieran sido empleadas en producir G, si todas las factorias del mercado trabajaran al costo marginal. Las ecuaciones (3f) y (3f’) están estrechamente relacionadas, y en un mercado competitivo, como el que fue explicado en el capítulo anterior, todo aumento en G/H conduce a un aumento en G/H’, por la reducción de los precios.
En el caso de un aumento en G como resultado de un aumento en G/H’, la ecuación (S/P=G/H’) (1e) muestra que un aumento en la productividad marginal implica un aumento en la relación salario/precios. La ecuación (3e) (QV= (k+1)PG) significa que cualquier aumento en G, independientemente de sus causas, requiere un aumento de Q, a fin de preservar la estabilidad en los precios P.
En el caso inverso de un aumento en G provocado por un aumento en H’, con productividad marginal constante (G/H’), resulta de QV=(k+1)SH’ (3e’) que es necesario un aumento proporcional de Q para evitar una reducción en los salarios. Está claro, dado que QV=(k+1)PG (3e), que este aumento de Q, proporcional al aumento de G, no trae consigo ningún cambio en los precios. Por ello la inmigración, que es una de las principales causas del crecimiento del potencial humano, permite una emisión de dinero no inflacionaria, la que puede usarse en facilitar su absorción sin aumentar la carga impositiva.
El valor en dinero de la producción anual de artículos terminados y servicios G, se denomina Producto Nacional Bruto (PNB), PNB=PG, y es también frecuentemente referido como el Ingreso Nacional Bruto (INB), y definido como la suma de la totalidad de los salarios y ganancias durante un año, o sea INB=HxS+R. De la ecuación (1d) resulta que PNB=INB. Para que el PNB tenga significado económico debe calcularse en moneda estable o ser deducida la inflación. El aumento del PNB como resultante del aumento de G, es denominado desarrollo económico. Este puede resultar de un aumento ya sea en la productividad (G/H), o en la cantidad de horas–hombre (H). En el primer caso, ello generalmente implica un crecimiento del PNB per cápita, el cual está estrechamente relacionado con el nivel de vida de las masas.
4. INFLACIÓN MONETARIA, de COSTO y de DEMANDA
La inflación y algunas de sus causas y efectos ya han sido considerados en secciones precedentes. Por lo tanto, lo que resta por hacer aquí es resumir, ordenar y completar los hechos e ideas concernientes a este complejo y problemático aspecto de la economía.
Una moneda inestable que resulta en aumento o baja general de precios perjudica a la economía en todos sus niveles, dificultando desde el manejo del presupuesto familiar hasta el planeamiento industrial. Cuando los precios varían continuamente, los consumidores pierden la capacidad de evaluarlos y tienden a pagar lo que les piden. Por otra parte, los comerciantes temen verse obligados a pagar por la reposición de la mercadería vendida precios más altos que los que obtuvieron por su venta, y tienden por lo tanto a aumentar los precios. El resultado combinado de estas dos actitudes es de catastrófico efecto en el presupuesto familiar.
La industria y el comercio se basan en planes a largo plazo. La industria del vestido, por ejemplo, ofrece a los comercios minoristas la ropa del próximo verano en los meses de invierno, y la cobra parcialmente el siguient e otoño. Por consiguiente, los precios en los catálogos de venta distribuidos en Enero deben tener en cuenta el posible valor de la moneda en Septiembre. El minorista, a su vez, debe añadir al precio de la mercadería de verano el esperado excedente a pagar por la mercadería del siguiente invierno. De lo contrario, el valor real de su capital decrecería. La incertidumbre con respecto a la inflación futura, aumenta el riesgo en todas las transacciones comerciales e industriales y obliga a incluir el factor riesgo en los precios. En los planes a largo plazo cualquier diferencia entre el porcentaje de inflación esperado y el real, puede conducir a la bancarrota de empresarios, comerciantes y familias.
La inflación es un fenómeno de reacción en cadena que se nutre no sólo de la expectativa inflacionaria, como se ha ilustrado en el párrafo precedente, sino también por la demanda de indexación del salario que trae aparejada. El vínculo entre los salarios y el índice del costo de vida causa que un aumento temporario de algunos precios resulte en un aumento general de salarios, lo cual a su vez genera un aumento general de los precios, y así sucesivamente. Esta reacción en cadena es tan peligrosa, que se acepta universalmente, que la indexación de los salarios nunca debe alcanzar al 100%. Esta precaución, que si bien no elimina el efecto inflacionario del indexado, previene un colapso total de la economía.
La inflación no es una enfermedad, sí no un síntoma de varios males económicos, y su gravedad y los medios para combatirla varían según sus causas. Una clasificación aceptada del proceso inflacionario segun sus causas lo divide en: inflación monetaria, inflación de costos e inflación de demanda.
Inflación Monetaria
De acuerdo con la ecuación QxV=pxB (3a), un aumento en la cantidad de dinero (Q) por encima de lo requerido por el aumento de las transacciones (B), necesariamente inducirá un aumento en los precios (p), originando “inflación monetaria”. Esta puede ser causada por la emisión de moneda destinada a cubrir el déficit presupuestario, o sea, una falsificación de moneda realizada por el gobierno, o bien, provocada por un aumento en los créditos bancarios ó comerciales. La gravedad de la inflación monetaria causada por el gasto deficitario del gobierno depende de la causa motivadora del déficit. Esta puede ser un aumento transitorio de los gastos, una excesiva burocracia y servicios gubernamentales que exceden los ingresos, o una desproporcionada relación presupuesto/PNB.
i) Inflación causada por gastos transitorios.Dos ejemplos israelíes de inflaciones monetarias causada por gastos transitorios son las que siguieron a las guerras del Día del Perdón (Iom Kippur) y del Líbano (La primera se complicó con la inflación mundial de costos causada por el aumento en el precio del petróleo).
Una vez desaparecida la causa que ocasionó los gastos transitorios, es relativamente fácil neutralizar el remanente proceso inflacionario por medio de medidas monetarias. Esto explica el relativamente fácil éxito del gobierno Israelí de Unidad Nacional en reducir la severa inflación causada por la acción militar en el Líbano (1982-86) a una tasa remanente del 10 al 12 %.
ii) Inflación causada por una burocracia y/o servicios del gobierno exagerados.< P> Toda burocracia tiende a expandirse, y los pueblos demandan del gobierno mayores servicios, cuando no tienen claro que ellos deberán pagar por los mismos. De aquí que esta clase de inflación sea mucho más difícil de tratar, por el impacto electoral que provocaría una disminución de empleos y servicios.
La remanente tasa de inflación en Israel del 10 al 12 %, arriba mencionada, que continúa más o menos estable hasta nuestros días (1997), puede ser atribuida a la burocracia y a los servicios financiados con déficit. En los últimos años, esta situación relativamente estable, se agravó seriamente por el aumento por motivos políticos de los salarios públicos, cuando las encuestas de opinión pública favorecían a la oposición. De acuerdo con la ecuación S/P=G/H’ (1e), este aumento de los salarios (S) no balanceado por un concomitante aumento de la productividad (G/H’) hubo de conducir a un crecimiento inflacionario de los precios (P). Empero, esta inflación fue reprimida por el Banco de Israel por medio del aumento de las tasas de interés. Este es un poderoso, aunque altamente dañino, medio de controlar la inflación, que tiene un doble efecto:
a)Desanima a los posibles usuarios de crédito, lo que reduce la cantidad de dinero-credito y balancea la excesiva emisión de dinero hecha por el gobierno. Un efecto similar podría resultar del aumento de la liquidez, (aumento del depósito en efectivo que deben retener los bancos). Ambas medidas afectan a la industria y al comercio forzados pagar un alto interés y limitar el crédito necesario para su normal desenvolvimiento.b) El alto interés atrae la afluencia de moneda extranjera, ocasionando la revaluación de la moneda nacional, lo que favorece la importación en detrimento de la industria local y de la exportación. La importación de artículos sin una exportación compensatoria, aumenta la cantidad de artículos (G) a disposición del público, acorde con la ecuación (1e) (S/P = G/H’) (11), evitando un aumento en los precios (P) a costo de aumentar el déficit en la balanza de pagos.
Un efecto similar sobre la inflación por medio del incremento de artículos importados se puede obtener reduciendo los impuestos aduaneros. Por lo tanto, el aumento del interés combina los efectos del aumento en la liquidez y de la baja de los impuestos aduaneros. Además, la afluencia de moneda extranjera permite cubrir el déficit de la balanza de pagos, dando una sensación de normalidad en los negocios, que lo hace aún más peligroso.
Volviendo al caso de Israel, la tasa anual de déficit en la balanza de pagos saltó de 1,770 en 1993 a 7,120 millones de dólares en la primera mitad de 1996 (12). O sea, de 1.8 a 7.2 % del Producto Nacional Bruto (PNB). Siendo el presupuesto del gobierno israelí aproximadamente un 50% del PNB, un aumento del 20% en los salarios públicos resulta en un inmediato crecimiento de cerca del 10% en el PNB (no olvidemos que el PNB es igual al Ingreso Nacional Bruto (INB), o sea a la suma de salarios y ganancias). La consecuente disminución en la contribución al PNB del perjudicado sector privado sólo se percibirá después de un período que puede ser de uno o dos años o aún mayor. Mientras tanto, puede haber un aumento en la actividad económica del sector privado como consecuencia del aumento del poder adquisitivo de los empleados públicos. Por lo tanto, a pesar de los efectos desastrosos del alto interés tanto en la industria como en la exportación, y del insostenible déficit en la balanza de pagos, se crea una falsa sensación de “crecimiento económico” y bienestar.
Desde un punto de vista estrictamente económico, la solución es muy fácil: O bien se vuelve a los niveles previos de salarios, o se disminuye un número equivalente de empleados públicos. En la práctica, los sindicatos y las demandas electorales hacen ambas opciones muy difíciles. El único camino factible para reducir el déficit en los gastos gubernamentales es reducir las compras por parte del gobierno de mercaderías y servicios del sector privado. O sea, continuar pagando los salarios mientras se restringe su actividad. Esto lleva a la reducción de las ganancias en el sector privado lo que a su vez baja los ingresos del gobierno, neutralizando en parte la reducción realizada en los gastos del gobierno y exige nuevas reducciones en el presupuesto.
El retorno a una tasa de interés normal revierte la afluencia de moneda extranjera con la consiguiente devaluación de la moneda nacional y aumento en los precios de la materia prima importada provocando inflación de costo. Además, una parte de la moneda extranjera atraida por el alto interes fue necesariamente usada para cubrir el déficit en la balanza de pagos. Por lo tanto la reserva de divisas remanente puede ser insuficiente para satisfacer la demanda, trayendo como consecuencia el total colapso de la economía, como ha ocurrido recientemente en México y Tailandia.
Resumiendo, la tasa de interés es un poderoso medio de controlar la estabilidad de la moneda ante una moderada desviación inflacionaria o deflacionaria. Es tema de controversia si en el caso de una inflación severa que demandaría un considerable aumento en las tasas por un largo período, el remedio no resulta más dañino y peligroso que la enfermedad.
iii) Inflación causada por una desproporcionada relación Presupuesto/PNB.Una inevitable evaluación incorrecta de los futuros ingresos y/o gastos del gobierno resulta a menudo en un déficit presupuestario. Cuanto mayor es la relación Presupuesto/PNB, más significativo será el impacto inflacionario de este déficit.Se ha alegado que el alto desequilibrio en el presupuesto israelí de 1996 se originó parcialmente en una errónea evaluación de los ingresos espera dos por el gobierno. La relación Presupuesto/PNB prevista para el año 1997, era de aproximadamente el 50% – o sea más de dos veces la relacion Presupuesto Federal/PNB en los Estados Unidos. Esta ultima se cuadruplicó de 1934 a 1952, durante un período en el cual el Keynesianismo (9) y el Marxismo estaban en la ofensiva, apoyando ambos la intervención gubernamental en la economía, mientras el Liberalismo estaba en retirada. Durante este período, los impuestos federales en los Estados Unidos subieron del 4.8 al 18.9 % del PIB (PIB=PNB excluyendo los ingresos originados en el extranjero) y permanece en ese nivel hasta el presente. (10).
Después de la segunda guerra mundial, una cantidad de factores llevaron a varios países del mundo en desarrollo y en la periferia del desarrollado a un nivel desastroso de inflación monetaria:
a) Las ideologías totalitarias, en boga en aquellos tiempos, convencieron a los gobernantes que ellos podían y debían hacer todo lo que (en su opinión) fuera para beneficio de sus pueblos. Esto condujo a una política populista de “preocupación” por los pobres que favoreció el crecimiento de la burocracia, el ejército y la policía y aumentó el poder de ambiciosos gobernantes.b) Keynes y sus seguidores abogaban la prevención de depresiones económicas por medio de presupuestos deficitarios y emisión inflacionaria de moneda. Esquemáticamente, la fórmula clásica “Capital, Trabajo, Dinero” fue invertida en “Dinero, Trabajo, Capital”. En lugar de inversiones de capital en nuevas fábricas y puestos de trabajo resultantes en una mayor producción y cantidad de dinero, moneda emitida pagaría por el trabajo, y este crearía el capital.
Aunque Hitler tuvo éxito en revitalizar la destruida economía alemana usando la mencionada fórmula invertida, todos aquellos que intentaron emular este proceso llegaron a resultados desastrosos. La causa parece residir en dos factores presentes en el caso de Alemania y ausentes en los otros. En primer lugar, debido a factores temporarios el PNB Alemán estaba por debajo de su potencial real. En estas circunstancias, un fuerte shock financiero fue suficiente para poner en movimiento la paralizada economía alemana. En segundo lugar, la disciplina de hierro en el régimen hitleriano, no permitió ninguna desviación de su meta central.
c) Lo que hizo de la inflación monetaria un procedimiento favorito de gobernantes irresponsables es que constituye un impuesto oculto, tomado de los sueldos de los trabajadores sin que estos lo adviertan. Teóricamente, este es un impuesto tomado de todo aquel que es sorprendido con dinero en su poder o en su cuenta. En la práctica, sólo son los asalariados los que lo pagan, dado que industriales y comerciantes lo transmiten a los compradores, incluyéndolo en los precios. Los trabajadores no estan concientes de que es el gobierno quien toma el dinero de sus bolsillos, y culpan a los comerciantes por las dificultades en sus presupuestos.
Inflación de Costo
La inflación de costo puede originarse ya sea en un aumento de los salarios o por escasez de materia prima. De acuerdo con la ecuación S/P=G/H’ (1e), todo salario (S) cuyo aumento exceda el aumento en la productividad (G/H’), provoca un aumento en los precios (P). Y de acuerdo con la ecuación QxV=kxPxG+SxH (3c), requiere un aumento en la cantidad de dinero de dinero (Q). Si el gobierno no provee el dinero adicional requerido, comercios y fábricas se ven forzadas a aumentar el crédito comercial a los efectos de prevenir la reducción de sus ventas. Ello resulta en un mayor número de pagarés y cheques post-datados, que circulan como dinero. Por lo tanto, en un “proceso inflacionario de costo”, el aumento en la cantidad de dinero es la consecuencia y no la causa del crecimiento de precios y salarios.
El aumento inflacionario de los salarios puede ser el resultado de la demanda de los sindicatos, de políticas gubernamentales populistas, o de la competencia ent re los empleadores en un período de expansión económica y bajas tasas de desempleo. Esta es la clase de inflación que amenaza a una nación, en opinión de los economistas, cuando el desempleo es inferior al 5-6%. Por razones legales, políticas y psicológicas los sueldos pueden fácilmente aumentar, pero difícilmente bajar para restablecer el equilibrio en el mercado después de un aumento excesivo.
Un ejemplo de inflación de costo causada por escasez de materia prima fue la inflación mundial de los años 70 generada por la crisis del petróleo. Un rápido aumento en la demanda de petróleo, asociada a razones políticas, llevó a un repentino aumento en su precio, afectando el costo de producción de numerosos productos. Un mayor número de horas-hombre debió aplicarse en la búsqueda de nuevos yacimientos y en el aprovechamiento de aquellos que no eran rentables en el pasado. Esto implicó un aumento del costo marginal del petróleo que contribuyo a elevar el costo marginal de casi todos los demás productos.
Quizás por primera vez desde los comienzos de la Revolución Industrial, la productividad marginal y real (G/H’ y G/H) detuvo su continuo crecimiento, efectuando una recesión. La relación Salario/Precio (S/P=G/H’) (1e) se redujo, y consecuentemente tambien el poder adquisitivo de las masas, provocando disminución del consumo y recesión general. El mundo enfrentó una nueva clase de inflación combinada con recesión, lo que elevó nuevas dudas respecto a la teoría económica de Keynes, basada en la experiencia del siglo XIX y la depresión mundial de los años 30, donde recesión e inflación no parecían poder aparecer juntas.
Esta clase de inflación difiere de las previamente tratadas en que es de naturaleza económica, es decir, asociada a un cambio en la relación Mercaderia/Horas-hombre (G/H), y no en un mero cambio en el valor de la moneda. Por lo tanto, ninguna medida monetaria, y ningún ajuste en la relación salario/dinero, puede retornar el nivel de compra de los salarios a su nivel previo. La indexaci ón del salario, que tiene cierta justificación en los casos previos, es aquí absolutamente ineficaz y perjudicial.
La disminución del volumen total de mercadería envuelto en las transacciones comerciales (B) causada por el descenso en la productividad (B/H), equilibra, en el presente caso, la cantidad de dinero requerida por el aumento de los precios (QxV=pxB (3a) ). Por consiguiente, la emisión de moneda no es ni la causa, ni un resultado inevitable, de este proceso inflacionario. No obstante, la disconformidad causada por la disminución de la relación Salario/Precio, refuerza las demandas de aumento de salarios, lo que a su vez conduce a una inflación monetaria secundaria.
En una evolución normal del proceso, los trabajadores despedidos por las industrias de consumo serían absorbidos por industrias petroleras y afines, así como por industrias que buscan nuevas fuentes de energía y nuevos métodos para ahorrar energía. Finalmente, después de un período de depresión y desempleo, el mercado ha de alcanzar un nuevo estado de equilibrio, aunque con un mas bajo estándar de vida.
Inflación de Demanda
La inflación de demanda, que ya ha sido considerada en el Capítulo I, al ocuparnos de “Ahorro e Inversión”, es causada por un aumento en el consumo en detrimento del ahorro y la inversión. Ella podría originarse en una falsa ilusión de riqueza provocada por inflados valores de las acciones y propiedades y/o la sensación de seguridad derivada del pleno empleo. Consecuentemente, los precios de los artículos de consumo aumentan, mientras que el sector de inversion muestra síntomas de recesión.
Si esta situación continúa por un período suficientemente largo, trabajadores del sector de inversión pueden perder sus lugares de trabajo. En un mercado totalmente fluido, los trabajadores se desplazarían del sector de inversión al de consumo, la creciente demanda de artículos de consumo sería satisfecha, y los precios volverían a equilibrarse. Sin embargo, el tiempo de reacción requerido para la absorción de los trabajadores por las industrias de consumo puede causar que, dada la disminución del consumo de los trabajadores del sector inversion, la recesión se extienda a las industrias de consumo, terminando en una recesión global. Este proceso puede ofrecer una posible explicación de la depresión mundial de los años 30 que siguió al auge de los años 20.
5. CICLOS ECONÓMICOS. Keynesianismo vs. Monetarismo
El mercado libre posee mecanismos de recuperación capaces de restaurar el equilibrio cuando éste se ha alterado. En este aspecto él es similar a sistemas físicos que, como péndulos y cuerdas, entran en oscilación cuando son sacados de su estado de equilibrio. Una serie de altibajos económicos ocurridos durante el siglo XIX y comienzos del XX sugirió la idea de que son el resultado de intrínsecas caracteristicas oscilatorias del mercado libre, dando nacimiento a la teoría de los Ciclos Económicos. Esta linea de pensamiento fue inspirada por el exitoso desarrollo de la física de las ondas, que culminó con la identificación de la luz con oscilaciones de campos electromagnéticos lograda por James C. Maxwell (1831-1879). De la hoy obsoleta teoría de los Ciclos Económicos nos quedó la clasificación de los estados de la economía en: auge, recesión, depresión y recuperación, que corresponden a las porciones superior, descendente, inferior y ascendente de una onda sinusoidal.
La crisis mundial de los años 30, que siguió al boom de los “alegres veintes”, reforzó la creencia en causas endogenas de los ciclos económicos y la búsqueda de la forma de contrarrestar sus dañinos efectos. Es sobre este fondo que la teoría del economista británico John Maynard Keynes (1883-1946) (13), fundador de la escuela Keynesiana, aparece, abogando la intervención del gobierno en la economía a fin de neutralizar los efectos de los ciclos económicos. En opinión de Keynes, cuando el mercado muestra síntomas de recesión, la intensificación de la actividad económica del gobierno podría interrumpir el proceso oscilatorio, previniendo la fase de depresión y desempleo.
La principal contribución científica de Keynes fue introducir la dinamica en el pensamiento económico. En tanto que sus predecesores concentraron sus esfuerzos en analizar estados de equilibrio y transiciones entre ellos, Keynes se atrevió a tratar situaciones cambiantes y las fuerzas que actuan en ellas. Sin embargo, el factor tiempo, de vital importancia en los fenómenos dinámicos, no fue suficientemente entendido por Keynes y sus seguidores.
A raíz de investigaciones más recientes, sobre los supuestos ciclos y sus posibles causas, aparecieron serias dudas sobre su mera existencia. En el presente, parece más probable que las aparentes “oscilaciónes” sean causadas por agentes externos fortuitos, tales como guerras, sequías, avances tecnicos y aún factores psicológicos, con sus impredecibles efectos sobre la economía, más que por características intrínsecas del mercado libre. Por lo tanto, sólo una actividad gubernamental sincronizada con estos agentes externos podría atenuar sus efectos. Sin embargo, el gobierno sólo puede actuar despues de que los efectos son percibidos. O sea con un retraso que podría ser, en opinión de Milto n Friedman, de hasta dieciocho meses (14). Por lo tanto, cualquier tentativa gubernamental de intervención económica, tendría el carácter de una mera perturbación al azar.
Por ejemplo, asumiendo que el mercado muestra síntomas de recesión asociada con desempleo en el área de consumo, de acuerdo con la teoría de Keynes, el gobierno debería aumentar su actividad económica para reforzar el consumo. Sin embargo, la actividad gubernamental requiere fondos que deben ser tomados bien de los ingresos del capital y de los trabajadores por medio de aumento de los impuestos, o bien por medio de la emisión de bonos o dinero. Cualquiera sea el camino elegido para obtener los fondos requeridos, ello será siempre en detrimento de los ahorros e inversiones privadas. Por lo tanto, la intervención del gobierno traerá como consecuencia una recesión en la industria de inversión, retraso en la creación de puestos de trabajo y aumento del desempleo. No obstante, el despido de los trabajadores del sector inversion, tendrá recien lugar después de una sensible demora, durante la cual los empleadores tratarán de entender las causas de sus dificultades, y encontrar soluciones menos drásticas. Por ende la intervención del gobierno puede resultar en un período transitorio de bienestar y abundancia, induciendo un sentimiento colectivo de seguridad que alentaría gastos y contracción de deudas en detrimento del ahorro y agravaría la venidera recesión en el área de inversion.
En un fluido mercado Keynesiano, en el cual los lapsos entre causas y efectos no son correctamente evaluados, el aumento en la demanda en el sector de consumo asociado con una recesión en el sector de inversión resultaría en una inmediata transferencia de trabajadores del sector de inversión al de consumo. Empero, la absorción de los trabajadores despedidos del sector de inversión puede demandar un aumento en el número de fábricas, lo que puede requerir considerable tiempo, y puede hacerse aún más difícil por la reducción en recursos financieros resultante de la desviación hecha por el gobierno de fondos hacia el sector de consumo. Por lo tanto, puede haber un considerable lapso antes de que el mercado pueda satisfacer la demanda de artículos de consumo y una inflación de demanda, asociada con desempleo, podría ser la consecuencia. Además, la disminución del consumo de los trabajadores despedidos del sector de inversión puede extender la recesión al sector de consumo, trayendo como resultado una depresión general.
De acuerdo con Keynes y sus seguidores, el gobierno debe ahora recurrir, ante el aumento del desempleo, a una nueva ola de gastos públicos. Esta actitud está basada en la suposición de que el desempleo se ha originado en una insuficiente circulación monetaria, mientras que de hecho, es el resultado de un excesivo gasto público en el pasado. Claramente, una nueva ola de gastos agravaría la situación con aumento de la inflación, ocasionando una nueva reducción en ahorro e inversión, y un nuevo aumento del desempleo.
6. EPÍLOGO
La ineficacia del gobierno en sus intentos de equilibrar las fluctuaciones económicas, junto con una mejor comprensión de la función del tiempo de reacción en los procesos económicos, ha conducido a la substitución de la teoría Keynesiana por el Monetarismo. Esta teoría, cuyo principal sostenedor es el economista americano Milton Friedman (1912-), limita el rol del gobierno a preservar la estabilidad monetaria.
La escuela Keynesiana legitimó el gasto deficitario, la expansión del presupuesto y la ampliación de la política impositiva, llevando a un aumento de la actividad gubernamental en detrimento de la iniciativa privada. Las ideas keynesianas encontraron terreno propicio por la proliferación de las ideologías totalitarias durante la primera mitad del siglo. El resultado fue una porción creciente del Producto Nacional Bruto confiscada por los gobiernos de todos los países occidentales.
Los ingresos por impuestos a la renta del Gobierno Federal Americano que era en 1936 (cuando apareció el libro de Keynes) sólo el 1.7% del Ingreso Interno Bruto (IIB), ( o sea, Ingreso Nacional Bruto menos los ingresos de fuentes extranjeras), alcanzó en 1952 al 14.1%. Y el total de los ingresos del Gobierno Federal creció en el mismo período de 4.8 a 18.9 % del IIB. Desde entonces al presente, el total de los ingresos del Gobierno Federal, expresado en porcentajes del IIB, permanece más o menos estable (15). Por medio de emisión de moneda y bonos, el presupuesto del mismo creció hasta cerca del 22% del IIB (16).
En comparación, el presupuesto israelí de 1997 asciende al 47.3% del Ingreso Nacional Bruto (INB) (17), es decir por cada N IS ganado por individuos o compañías, aproximadamente 0.5 NIS es tomado y gastado por el gobierno de Israel. Deben aun sumarse los impuestos municipales, las empresas gubernamentales y los monopolios, lo que aproxima la economía israelí al sueño Marxista.
(1) “Si consideramos como productor al capitalista que anticipa el dinero, la palabra Trabajo puede ser reemplazada por la palabra Salarios: los costos de producción, son el salario que él tuvo que pagar. A primera vista, esto parece ser sólo una parte de su desembolso, ya que no paga únicamente salarios a los trabajadores, sino que además los provee de herramientas, materiales y tal vez de viviendas. Estas herramientas, materiales y viviendas, sin embargo, fueron producidos por el trabajo y el capital; y su valor, como el de los artículos a cuya producción están subordinados, depende del costo de producción, el cual nuevamente se resuelve en trabajo. El costo de producción de ciertas telas no consiste solamente de los salarios de los tejedores, que son los únicos directamente pagados por el fabricante de la tela. El consiste también de los salarios de los hiladores y cardadores a los que hay que agregar los pastores, a todos los cuales él ha pagado en el precio del hilado. Consiste también en los salarios de constructores y albañiles, los que son reembolsados en el costo de instalación de su fábrica. Además consiste parcialmente, de los salarios de mecánicos, fundidores y mineros. A los que debemos agregar los salarios de los transportistas quienes llevan todos los recursos y herramientas de la producción a los sitios donde seran usados, y el producto mismo al lugar donde va a ser vendido.” “Principios de Política Económica” (1848 – Libro III, cap. 4) John Stuart Mill (1806 –1873).
(2) En hebreo bíblico, “fragmentar” y “comprar”, se expresan ambos con la misma palabra “shabar”.
(3) “Macro-Economía”, F.S. Brooman, George Allen & Unwin Ltd., London (1971).
(4) Si estas sumas incluyen depósitos a plazo fijo, que no son retirables a demanda o transferibles por cheque, estos deben ser deducidos del total de los medios de pago.
(5) Diferenciación debe ser hecha entre depósitos corrientes y a plazo fijo, así como entre créditos a corto y a largo plazo.
(6) En Israel existe una forma especial de crédito bancario, un descubierto autorizado que debe agregarse al total de los depósitos bancarios, cuando se calcula la cantidad de dinero disponible. Este difiere de las habituales formas de crédito en que es una suma de dinero a disposición de los clientes del Banco, sin que esté previamente registrada en sus cuentas. Es un crédito potencial, por el cual el cliente sólo paga intereses cuando y por la suma que él realmente usa.
(7) B incluye todo valor o servicio material, virtual o espiritual, fuera del dinero. Por lo tanto V no incluye los cambios de una moneda a otra, así como el retiro de efectivo de las cuentas bancarias, o el pago de una deuda, la cual implica el reemplazo de dinero-crédito por efectivo o depósito bancario.
(8) La relación (Ganancias de Capital)/INB en los Estados Unidos durante el período 1969-1993, fue menos del 8.5 %. (De un artículo del New York Times, reimpreso por Haaretz el 11.8.98).
(9) La teoría de Keynes está más explícitamente expuesta en la sección 5ª.
(10) Tax History Project at Tax Analysts. Source: Office of Management and Budget,Budget of the United States Government, Fiscal 1988, Historical Tables. (link expired)
(11) La ecuación (1e), se estableció considerando un mercado cerrado en estado de equilibrio. Esto es válido también en un mercado abierto en estado de equili brio, cuando la simportaciones igualan a las exportaciones, y por lo tanto G permanece inalterado e igual al total de la producción local de artículos y servicios.
(13) (13) John Maynard Keynes (1883-1946) , economista británico: “General Theory of Employment Interest and money” (1936). Otras obras de J.M. Keynes. (link expired)
(14) Milton Fridman (nacido en 1912), economista americano, quien ha escrito entre otros trabajos: “The QuantityTheory of Money – A Restatement” (1956); “A Theory of Consumption Function” (1957), “The Lag in Effect of Monetary Policy” Journal of Political Economy, Oct. 1961; “Capitalism and Freedom” (1962), “Free to Choose” ( en colaboración con su esposa Rose) (1980). Premio Nobel 1976.
(15) Tax History Project at Tax Analysts Source: Office of Management and Budget, Budget of the United States Government, Fiscal 1988, Historical Tables.
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